Ales y Luisa son una pareja de artistas plásticos que en su traducir de la narración se encuentra la necesidad de revolver entre los sentimientos del espectador sus concepciones.

Sus dotes artísticos son muy peculiares, tienen una gran variedad de herramientas como el aerosol, el acrílico, los esténciles, el periódico, el óleo, las hojas de oro, recortes, etc., que en el momento de empapar los diversos soportes adquieren una energía muy particular cargadas de discurso. Son piezas hechas no sólo para sentir, sino también, para pensar.

Las obras parecieran casi insolentes y callejeras, pero en realidad, el cuidado del detalle te transporta directo a un estilo urbano nuevo y revelador, donde no sólo el fondo tiene importancia sino la forma dictamina el ritmo de la pieza revelada. Su sobrecarga de textura está perfectamente calculada para que el espectador no tenga más remedio que regresar al lienzo tras la saturación visual, encontrando, entonces, una armonía divinamente oculta. No hay pieza que no tenga un camino a seguir, un punto exaltación que mueve al que se atreve a observarla.

También es de gran importancia señalar que en la mayor parte de las piezas las palabras impulsan a las imágenes, las rasgan, con el mismo escozor, que las cicatrizan.

Su acervo en general, tiene un contenido único de vocabulario donde la repetición de ciertas imágenes denota la queja o el heroísmo social que se marca en cada una de sus colecciones, abriendo la posibilidad del surgimiento de una realidad más urbana.